19 Hijos de la mujer de Odías, hermana de Nájam, padre de Queilá el
garmita y Estemoa el maakatita.
20 Hijos de Simón: Ammón y Rinná, Ben Janán y Tilón. Hijos de
Yisí: Zójet y Ben Zójet.
21 Hijos de Sela, hijo de Judá: Er, padre de Leká, y Ladá, padre de
Maresá, y las familias de los que trabajan el lino en Bet Asbea.
22 Yoquim, los hombres de Kozebá; y Joás y Saraf, que se casaron en
Moab, antes de volver a Belén. Estas son cosas muy antiguas.
23 Ellos eran alfareros y habitaban en Netaím y Guederá; moraban allí
con el rey, trabajando a su servicio.
24 Hijos de Simeón: Nemuel, Yamín, Yarib, Zéraj y Saúl,
25 Sallum, su hijo; Mibsam, su hijo; Mismá, su hijo.
26 Hijos de Mismá: Jammuel, hijo suyo; Zakkur, hijo suyo; Simí, hijo
suyo.
27 Simí tuvo dieciséis hijos y seis hijas, pero sus hermanos no
tuvieron muchos hijos, no se multiplicaron todas sus familias como los
hijos de Judá.
28 Habitaban en Berseba, Moladá, Jasar-Sual,
29 Bilhá, Esem y Tolad,
30 Betuel, Jormá, Siquelag,
31 Bet Markabot, Jasar Susim, Bet Birí y Saaráyim. Estas fueron sus
ciudades hasta el reino de David.
32 También sus aldeas: Etam, Ayim, Rimmón, Tokén y Asán, cinco
ciudades,
33 y todas sus aldeas que están en torno a aquellas ciudades, hasta
Baalat. Aquí habitaron y éste fue su registro genealógico.
34 Mesobab, Yamlek, Yosá, hijo de Amasías,
35 Joel, Jehú, hijo de Yosibías, hijo de Seraías, hijo de Asiel;
36 Elyoenay, Yaacobá, Yesojaías, Asaías, Adiel, Yesimiel y Benaías,
37 Zizá, hijo de Sifí, hijo de Allón, hijo de Yedaías, hijo de Simrí, hijo
de Semaías.
38 Estos que han sido citados por sus nombres, fueron jefes en sus
familias y sus casas paternas y se multiplicaron grandemente.
39 Se dirigieron a la entrada de Guerar, hasta el oriente del valle,
buscando pastos para sus ganados.
40 Y hallaron pastos pingües y buenos y una tierra
espaciosa,
tranquila y segura, pues antes habían morado allí los descendientes
de
Cam.
41 Estos que se han citado por sus nombres vinieron en tiempos de
Ezequías, rey de Judá, y destruyeron las tiendas de aquéllos, y los refugios
que allí se encontraban, entregándolos al anatema hasta el día de
hoy; y
habitaron en lugar de ellos, ya que había allí pastos para sus ganados.